El Convento de la Trinidad de las M.M. Agustinas fue fundado en el año 1543 por Catalina de Asteasu y sus hermanas Bárbara y Mari Juan. La Ceremonia de toma de velo de las fundadoras tuvo lugar el 25 de Octubre de 1549.
No se conocen datos sobre la construcción del edificio del Convento. Pudiera ser que en un principio, y como era frecuente por aquellas épocas, las tres fundadoras, pertenecientes a una misma familia, crearan un Beaterio en alguna casa de su propiedad.
Ello podría explicar los pleitos mantenidos con las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas, que aducen la inobservancia de los trámites precisos para constituir la Comunidad y más tarde el hecho de que las monjas optaran por elegir a los Padres Agustinos para sus servicios sacerdotales, prescindiendo de los clérigos de la villa.
Posiblemente, como consecuencia de una disposición del Concilio de Trento, que proponía el traslado de los Conventos al interior de las villas, cuando habían sido fundados en descampados, en 1588 se pensó en trasladar el Monasterio a la Basílica de la Magdalena. Las presiones aumentaron cuando el Provincial de la Orden de San Agustín solicitó en 1604 la intervención del Rey.
Más tarde, pareció más conveniente el lugar denominado San Bartolomé, llegándose a negociar la adquisición de terrenos y a solicitar del maestro arquitecto Fray Miguel de Aramburu, que diera la traza del nuevo Monasterio.
Sin embargo, todo parece indicar que, a pesar de toda esta serie de intentos, el Convento permanece aún en el lugar de extramuros en que seguramente se erigió.
Las características del convento propiamente dicho son las usuales en este tipo de edificios construidos en los siglos XVI y XVII: austeridad en los materiales, severidad en las líneas, ausencia de ornamentación, predominio en fachada de macizo sobre el vano.
La iglesia es de una sola nave con cabecera recta, cubierta con bóvedas de medio cañón con lunetos.
Sin embargo, en la actualidad su imagen interior es totalmente distinta, ya que se ha colocado un falso techo plano con entarimado de madera vista, que cuelga de la bóveda mediante cables de acero, y el coro ha desaparecido.
Una celosía metálica separa la zona reservada a las monjas de la zona ocupada por el público.
Al exterior del edificio, construido con muros de sillería reforzados con contrafuertes exteriores, destaca su fachada principal, en la que destaca su portada de traza clásica con acceso en arco de medio punto.
OBRAS SUBVENCIONADAS
Renovación de la cubierta del templo y de los revestimientos de las paredes.
IMPORTE DE LA SUBVENCIÓN
Plan 1983: 1.000.000 ptas.
Plan 1985: 1.000.000 ptas.
Plan 2002: 6.000 €