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SAN PEDRO
Iglesia de planta de cruz latina de una sola nave y ábside ochavado. Torre centrada a los pies del templo, sirviendo de eje de simetría al atrio o pórtico de acceso, ambos con muros exteriores de piedra de sillería.
Estructura de la cubierta de madera.
La capilla del cementerio es la sucesora de la primitiva iglesia de Eskoriatza, cuyos restos son prácticamente irreconocibles tras las grandes transformaciones a que se vio sometida.
Deseando construir una nueva iglesia, de mayor capacidad y acceso más cómodo, las autoridades eclesiásticas y civiles de Eskoriatza, iniciaron a mediados del siglo XVIII las gestiones necesarias para obtener las autorizaciones preceptivas y disponer de los medios económicos necesarios.
En 1758, el Obispo de Calahorra concedió la autorización para edificar la iglesia, y D. Juan de Urtaza, natural de Eskoriatza y residente en México, anunció el envío de 3.000 pesos "para dar principio a la nueva dicha iglesia".
El autor de la traza fue el arquitecto Martín de Carrera, que por aquellas fechas dirigía las obras de la Casa Consitorial de Arrasate. Ignacio de Ibero, maestro arquitecto del Santuario de Loyola, participó a comienzos del año 1759 en labores de asesoramiento para la elección de los terrenos adecuados, el reconocimiento del diseño de Carrera y la fijación de condiciones y precios para la contratación de los trabajos de cantería.
Iniciadas las obras el 1 de Mayo de 1759, bajo la dirección de Martín de Carrera, con la participación de los oficiales canteros Tomás de Juaristi, Miguel de Eguía, Joseph de Echaniz, Tomás de Izaguirre y Andrés de Zabalza, los dos últimos vecinos de Eskoriatza, se terminó de erigir la torre en 1769. Se utilizó piedra de las canteras de Gatzaga, Bolíbar y Alabita.
Además de Juan de Urtaza, efectuaron importantes aportaciones económicas José Antonio de Zalbidegoitia y Domingo de Viciola.
OBRAS SUBVENCIONADAS
Reconstrucción de la cubierta y tratamiento específico contra las termitas en todos los elementos de madera, así como la creación de barreras tóxicas en todo el perímetro del edificio.
IMPORTE DE LA SUBVENCIÓN
Plan 1990: 26.000.000 ptas.
