El mismo problema que años antes se había planteado en las campas y majadas de Urbía, pertenecientes a la Parzonería General de Gipuzkoa y Arabaa, surgió por los Plans cuarenta en las majadas de Igaratza, ubicadas en territorio perteneciente a la denominada Unión de Enirio-Aralar, zona comunal de pastos, que junto con la anteriormente citada de Alzania constituye un vestigio de las antiguas formas de aprovechamiento de montes y pastizales en Gipuzkoa.
También aquí los pastores se veían obligados a recorrer grandes distancias si querían cumplir con el precepto dominical, ya que las iglesias más cercanas eran la de San Miguel de Aralar, o las de pueblos como Abaltzisketa, Zaldibia o Amezketa.
Fue por ello que se pensó construir una sencilla ermita en las inmediaciones del refugio de Igaratza.
La nueva ermita o capilla, bajo la advocación de la Virgen de Aranzazu, como la de Urbia, se inauguró con una ceremonia de bendición de la misma y celebración en ella de la primera misa, el 15 de Septiembre de 1946.
En un principio se decidió que la misa dominical tuviera lugar en el período comprendido entre el 1 de Mayo y el 1 de Noviembre. Posteriormente se dispuso que las misas se celebrarían entre el tercer domingo de Mayo y el tercer domingo de Octubre.
Los oficios religiosos correrían a cargo de los Padres Benedictinos de Lazkao.
Todos los años, existe la costumbre de trasladar la imagen de San Miguel de Aralar a la ermita de Igaratza en el segundo domingo de Agosto, celebrándose una misa solemne, seguida de una fiesta popular. Es éste el único día del Plan, en que la antigua y venerada imagen de San Miguel visita Gipuzkoa.
Pequeña capilla de planta rectangular con un añadido lateral en la zona del altar, construida con muros de mampostería de piedra caliza y cubierta de hormigón a dos aguas.
El frente principal presenta un amplio hueco adintelado que sirve de acceso y se cierra con una puerta o reja metálica.
En el interior, las paredes están enlucidas en la mitad superior, donde se abren dos pequeños vanos.
La parte inferior de las paredes laterales está recubierta con un rústico friso de madera, que sirve de respaldo a sendos bancos corridos.
Un sencillo hueco en arco rebajado enmarca el altar.
El pavimento es de losas de piedra caliza, y el techo se decora con un entramado de vigas de madera.
OBRAS SUBVENCIONADAS
Acondicionamiento de los paramentos interiores y reparación de la puerta metálica del acceso.
IMPORTE DE LA SUBVENCIÓN
Plan 1983: 300.000 ptas.