Entre las piezas de la estructura principal de madera de este caserío, todavía es posible ver alguna procedente de la primitiva construcción del siglo XVI, de la que, por otra parte, tenemos constancia documental.
En efecto, según un documento fechado el 10 de Agosto de 1580 (A.H.P.G Oñati. Villarreal Leg. 3969. F. 208 Esnº Juan Ochoa de Irigoien), en dicha fecha, Tomás de Gurruchaga encargó al carpintero de Urretxu Lázaro de Iturbe la realización de trabajos de ampliación y reforma del caserío de su propiedad.
A esta reforma seguirían otras muchas de mayor o menor magnitud en los siglos siguientes, pero quizá la más importante y la que ha dejado su impronta en la imagen actual del caserío, es la llevada a cabo en 1768, según certifica la inscripción que figura bajo el escudo de la fachada principal, en la que textualmente se lee: "Mandó edificar esta obra Tomás de Aguirrebengoa el año 1768". Pertenece a esta época la elevación de la altura en una planta y la ampliación de una nueva crujía adosada a la primitiva fachada principal.
Esta intervención, característica del período barroco, estaba encaminada a realzar por una parte la fachada principal, con la incorporación de elementos cultos y representativos, como los dos arcos de la portalada o el escudo de armas, y por otra, a mejorar las condiciones de habitabilidad, ampliando el uso de vivienda que hasta entonces se vendría desarrollando casi exclusivamente en la planta baja, a la planta primera, en la que se organizarían los dormitorios o alcobas en torna a un espacio central, que a partir de entonces y como todavía hoy podemos contemplar en muchos caseríos, ha venido ejerciendo la función de comedor familiar o lugar de reunión para las grandes celebraciones, con motivo de bodas, bautizos, fiestas patronales, etc.
OBRAS SUBVENCIONADAS
Reformas en la cubierta manteniendo la armadura de madera y eliminación una serie de construcciones discordantes anejas al edificio principal.
IMPORTE DE LA SUBVENCION
Plan 1998: 1.300.000 ptas.