Según los datos proporcionados por D. Luis Murugarren, la primera referencia conocida de esta ermita nos la da la partida de defunción de su ermitaño, Juanes de Ezkurdia, de 1708, quien "no testó, porque no tenía de qué".
Esta ermita debió surgir como consecuencia de la devoción que el pueblo de Orexa sintió por San Marcos, autor del segundo Evangelio, quien, si bien era patrón de diversos gremios, ha venido siendo representado por los artistas envuelto entre relámpagos, por considerársele desde siempre protector contra las tempestades, que tanto teme el campesino.
A un tal santo, protector frente al pedrisco y toda clase de amenaza contra la agricultura, había que honrarle, levantarle una ermita y celebrar su fiesta, el 25 de Abril, con diversos actos, tanto de carácter religioso, como profano.
Luis Murugarren, como buen conocedor de nuestra religiosidad popular, sitúa la posible erección de esta ermita en torno al primer cuarto del siglo XVII, que es cuando se ha podido documentar esta devoción, en otros pueblos guipuzcoanos.
Aun cuando este tipo de edificios, levantados por iniciativa popular resultan difícilmente datables, si se puede decir que las características del retablo responde a esa época, que correspondería a los inicios del estilo barroco.
Templo rural de planta rectangular, con muros de mampostería, estructura de cubierta de madera y tejado a dos aguas.
En su interior se conserva un retablo barroco con una talla popular de San Marcos. Existe también un coro construido todo él en madera.
La fachada principal, en la que se localiza la puerta de acceso, presenta tres ventanas, dos flanqueando la puerta y una sobre ella. La campana aparece escondida bajo el alero, asomándose por uno de los dos vanos gemelos que rematan dicha fachada.
OBRAS SUBVENCIONADAS
Renovación total de la cubierta, realización de un drenaje perimetral, saneo de paramentos exteriores e interiores y posterior acondicionamiento del templo.
IMPORTE DE LA SUBVENCIÓN
Plan 1986: 1.500.000 ptas.